Ciudad de México.- El sistema político mexicano actual es un híbrido de democracia y autoritarismo, aseveró la noche de este jueves el historiador Lorenzo Meyer.
Durante la presentación de su libro “Nuestra tragedia persistente. La democracia autoritaria en México”, editado por Debate, el investigador además expuso que hoy no hay un proyecto que oriente el futuro de la nación, sino sólo iniciativas de grupo o de partido.
El país tuvo el sistema autoritario más exitoso del siglo XX en América Latina, subrayó el doctor Meyer a lo largo de una charla que sostuvo con sus lectores en Casa Lamm.
El autoritarismo no puede tolerar que los movimientos sociales se prolonguen en el tiempo, y para aplastarlos, el régimen se vale de estrategias como la cooptación, la represión o la mezcla de ambas, señaló.
Refirió que en el desalojo del plantón de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) el pasado viernes 13 de septiembre, el Estado echó mano de la represión, pero “cuidaron las formas”, en comparación con lo que ocurrió en eventos históricos como la masacre de estudiantes en 1968.
El académico universitario explicó que la naturaleza del sistema autoritario es admitir el pluralismo político, “pero muy limitado”, porque existe un grupo de poder que decide quién sí y quién no participa en la vida pública del país.
El autor de libros como “Su Majestad Británica contra la Revolución Mexicana” y “El espejismo democrático”, ejemplificó que en 2006 existió la posibilidad de que la izquierda llegara al poder presidencial de manera pacífica; sin embargo, el aparato electoral del país sólo acepta un pluralismo entre “una vieja derecha autoritaria” y “una supuesta derecha democrática panista”.
Se generó la idea de que el excandidato presidencial de la izquierda, Andrés Manuel López Obrador, era un “Peligro para México” y el sistema se valió de los medios de comunicación para reforzar este discurso en la sociedad.
“¡No hay una nueva televisión, como tampoco hay un nuevo PRI!”, exclamó quien ha sido catedrático en instituciones como El Colegio de México (Colmex) y la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Una constante en México entre poderes fácticos como el duopolio televisivo, es que se “hermanan” en la corrupción, lamentó el especialista.
La democracia en México se forjó formalmente en el siglo XIX, y tras el Porfiriato, los gobiernos nacientes de la Revolución sofisticaron el autoritarismo, al transmitir el poder de manera sistemática, a través de un partido de Estado, de 1929 al año 2000.
Existe la posibilidad de que la democracia se imponga al autoritarismo, pero también que éste regrese o se prolongue el híbrido actual, alertó el experto y enfatizó que quien puede incidir en esta decisión es la sociedad organizada.
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